Marcelo Forni

2011: optimismo ante todo

Lo vivido este año no sólo ha servido para fortalecernos, sino para recordarnos que cuando la tarea es noble ningún chileno se resta

Por: Marcelo Forni | Publicado: Jueves 9 de diciembre de 2010 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Marcelo Forni

Marcelo Forni

Probablemente los supersticiosos ya estarán contando los días para que el espectáculo de fuegos artificiales de Valparaíso los haga respirar tranquilos confirmando que 2010 ha terminado.

En esta oportunidad quienes creen en estas cosas parecen tener buenos argumentos. Comenzamos de manera fatal con un zamarreo que le costó al país vidas humanas y millonarias pérdidas económicas. Cuando aún no nos reponíamos de este desastre vino la angustia de un derrumbe que mantuvo durante un buen rato a 33 personas bajo 700 metros de tierra logrando milagrosamente ser rescatadas. Y ahora, cuando nos aprontábamos a arrancar la última hoja del calendario, nos golpea un accidente carretero en que fallece un número significativo de compatriotas.

Si para nosotros ha sido difícil admitir que todo esto se nos haya venido encima sucesivamente en unos pocos meses, me imagino lo que debe pasar por la mente de las nuevas autoridades que han debido enfrentar estas calamidades, incluso antes de asumir el gobierno. Cada cual puede tener su evaluación respecto de como se ha hecho, pero resulta innegable que la tarea ha sido titánica y ha requerido un despliegue y un derroche de energía, entusiasmo, capacidad, gestión y recursos que estaban dirigidos a otras prioridades del gobierno.

Advierto señales que nos permiten mirar con esperanza el futuro. La férrea voluntad manifestada en las últimas semanas de iniciar cambios profundos en la educación pública que nos permitan reducir la tremenda brecha que hoy existe entre niños de distintos sectores socioeconómicos que condiciona su desarrollo profesional y laboral. El anuncio de medidas que buscan salvar el agónico sistema publico de salud que hoy no parece estar a la altura de lo que necesitan los chilenos producto de su lentitud, mala calidad y carencia de equipos y especialistas. El ingreso ético familiar, que con los resguardos del caso, pueda contribuir a que podamos superar en el corto plazo la indigencia y los importantes niveles de pobreza que aún existen en el país. Los puestos de empleo que se han logrado generar en lo que va del año, cuestión que va a requerir para ser sustentable medidas que faciliten la creación de nuevas empresas, de apoyo a los pequeños y medianos emprendedores y donde se eliminen de una vez por todas las trabas burocráticas que sólo sirven para justificar un Estado gordo y grasoso.

Estoy convencido de que están dadas las condiciones para que gobierno y oposición salgan de sus trincheras y con la mirada puesta en el futuro aprovechen la oportunidad histórica que tiene nuestro país de alcanzar mayores niveles de competitividad, mayor crecimiento económico y mejor calidad de vida. A ratos tragedias como las ocurridas este año nos hacen dudar de que efectivamente hayamos alcanzado grados de desarrollo. Y tal vez sean un buen cable a tierra. Pero lo cierto es que Chile hoy es un país distinto, y me atrevería a decir mejor. Es evidente que en la construcción de este proyecto nacional estamos todos y en un año particularmente difícil los privados han demostrado su probada capacidad de gestión, su solidaridad, su responsabilidad social y su adaptabilidad a los escenarios por complejos que éstos sean. La responsabilidad del Estado es confiar y trabajar en conjunto con los distintos sectores en el cumplimiento de estas tareas, garantizando las condiciones necesarias para que cada cual pueda hacer su aporte. Creo que lo vivido este año no sólo ha servido para fortalecernos, sino también para recordarnos que cuando la tarea es noble ningún chileno se resta.

Lo más leído